Alvar Aalto
La racionalidad fría y deshumanizada del Modernismo nunca le pareció buena arquitectura a Alvar Aalto. Para él lo más importante fue siempre poder crear espacios y objetos que mejorasen la vida de las personas.
Aalto dedicó muchísimo tiempo a estudiar y entender cómo las personas se relacionan, usan y se comportan con la arquitectura. Los materiales de construcción, la luz, junto a las líneas sinuosas y orgánicas, eran piezas clave para hacer de la arquitectura algo más humano.
“Hemos de construir casas que crezcan; la casa que crece ha de sustituir a la máquina para habitar.”
Diseñó muebles, tejidos y lámparas, teniendo siempre en cuenta que esos objetos no eran simple decoración, si no que eran la interfaz que relacionaba a las personas con los espacios.